Composición química de los suelos de nuestro colegio
FRANCISCO DE PAULA SANTANDER (DUITAMA)
imágenes de nuestro huerto
aquí les mostraremos algunas imágenes de nuestro huerto :
COMPOSICIÓN QUÍMICA DE LOS SUELOS
Los ambientes de suelos varían según la ubicación en
términos de contenido, estructura y composición química. La composición química
de los suelos afecta a cómo los nutrientes circulan a través de entornos de
suelo, lo que determina la forzabilidad general para el crecimiento de la
planta. La composición química depende de acidez, estructura del suelo y las actividades
químicas que tienen lugar entre los suelos y formas de vida de la planta.
La composición química de un suelo determina qué tan
fértil es el ambiente.
La composición química del suelo incluye la media de la
reacción de un suelo (pH) y de sus elementos químicos (nutrientes). Su análisis
es necesario para una mejor gestión de la fertilización, cultivo y para elegir
las plantas más adecuadas para obtener los mejores rendimientos de cosecha.
La
reacción del suelo o pH
La reacción de un suelo hace referencia al grado de
acidez o basicidad del mismo y generalmente se expresa por medio de un valor de
pH del sistema suelo-agua. El pH es la medida de la concentración de iones de
hidrógeno [H+]. Según este valor, un suelo puede ser ácido, neutro o alcalino.
Las propiedades físicas, químicas y biológicas del suelo están influenciadas
por la acidez o basicidad del medio, que a su vez condicionan el uso agronómico
del suelo. Así, la mayoría de las plantas prefieren rangos de pH de 5,5 a 7,5,
pero algunas especies prefieren suelos ácidos o alcalinos. Sin embargo, cada
planta necesita un rango específico de pH, en el que poder expresar mejor su
potencialidad de crecimiento.
Del pH también dependen los procesos de humificación. En
función del pH se producen distintos tipos de materia orgánica del suelo y
propiedades que influyen directamente sobre el crecimiento vegetal como el
movimiento y disponibilidad de los nutrientes.
El pH influye sobre la movilidad de los diferentes
elementos del suelo: en unos casos disminuirá la solubilidad, con lo que las
plantas no podrán absorberlos; en otros el aumento de la solubilidad debida al
pH, hará que para determinados elementos sea máxima (por ejemplo, cuando hay
mucha acidez se solubiliza enormemente el aluminio pudiendo alcanzarse niveles
tóxicos). Cada planta necesita elementos en diferentes cantidades y esta es la
razón por la que cada planta requiere un rango particular de pH para optimizar
su crecimiento. Por ejemplo, el hierro, el cobre y el manganeso no son solubles
en un medio alcalino. Esto significa que las plantas que necesiten estos
elementos deberían teóricamente estar en un tipo de suelo ácido. El nitrógeno,
el fósforo, el potasio y el azufre, por otro lado, están disponibles en un
rango de pH cercano a la neutralidad.
La génesis del suelo se ve influenciada por la acidez o
alcalinidad de su solución. Al aumentar la acidez del suelo, la flora
bacteriana se ve desplazada por el predominio de hongos, con lo que la
nitrificación y otros procesos dependientes de la actividad bacteriana se verán
afectados. Por tanto, en condiciones de fuerte acidez, la fijación del nitrógeno
y la mineralización de residuos vegetales se reducen. Las plantas absorben los
nutrientes disueltos en el agua del suelo y la solubilidad de los nutrientes
depende en gran medida del valor de pH.
Gestión
del suelo en relación con los valores de pH.
Como hemos visto, la elección del cultivo depende del
valor del pH del suelo, por ello se recomienda elegir cultivos que estén
indicados para el rango analizado.
- Gestión de suelos ácidos.
Hay varios factores que influyen sobre la acidez de los
suelos. El calcio, el magnesio y el potasio, se eliminan del suelo a través de
la erosión, la lixiviación y la recolección del cultivo, incrementándose la
acidez de los suelos. Además, la utilización de fertilizantes acidificantes
incrementa los niveles de acidez de los suelos. Por ejemplo, la conversión de
los fertilizantes amónicos a nitratos ocasiona la formación de suelos ácidos.
Por ello, es importante emplear fertilizantes que no
aumenten la acidez (urea, nitrato de calcio, nitrato de amonio y superfosfato)
o reduzca la alcalinidad (sulfato de amonio). Sin embargo, el pH del suelo
puede ajustarse mediante la aplicación de enmiendas. En suelos ácidos se pueden
emplear sustancias correctoras como cal, dolomítica, piedra caliza y marga,
según la naturaleza del suelo, que tienen la capacidad de neutralizar los
ácidos del suelo.
El material calizo más común y económico que se encuentra
disponible es la roca caliza agrícola. Las rocas calizas que contienen tanto
calcio como magnesio de denominan rocas dolomíticas y las rocas que contienen únicamente
calcio se denominan calcíticas. Cuando los suelos son ácidos y los niveles de
magnesio son bajos, conviene incorporar roca caliza dolomítica, para así,
incrementar tanto el pH como los niveles de magnesio.
Por tanto, la cal incorporada al suelo tiene cinco
funciones:
1)
Neutraliza el suelo. La mayoría de las plantas no se desarrollan correctamente
en suelos ácidos.
2)
Intensifica la disponibilidad de los nutrientes para las plantas.
3)
Incrementa la efectividad del nitrógeno, del fósforo y del potasio incorporado.
4)
Incrementa la actividad de los microorganismos, incluyendo los responsables de
la fijación del N en las leguminosas y de la descomposición de la materia
orgánica.
5)
Intensifica el crecimiento de la planta y por tanto el rendimiento productivo
del cultivo.
- Gestión de suelos básicos.
Los niveles altos de pH en los suelos pueden depender de
diferentes elementos, por lo que hay diversos métodos para su corrección.
En suelos ricos en piedra caliza se recomienda añadir
sustancias orgánicas y en los suelos alcalino-salinos la alcalinidad se debe a
la presencia de sales, en particular a una alta concentración de sodio.
Si la alcalinidad está causada por sodio, se recomienda añadir sustancias como
el yeso (sulfato de calcio), sulfuro u otros sulfúricos.
Composición del suelo
ETAPAS DE
LA FORMACIÓN DE LOS SUELOS
En si el Suelo está compuesto
por hidrógeno, nitrógeno, dióxido de carbono, carbono,
azufre, fósforo, agua, oxigeno y en si los nutrientes que se
recopilan por la descomposición. Estos son los principales
componentes químicos.
- En las ciencias de la Tierra y de la vida, se denomina suelo al sistema estructurado, biológica mente activo, que tiende a desarrollarse en la superficie de las tierras emergidas por la influencia de la intemperie y de los seres vivos. De un modo simplificado puede decirse que las etapas implicadas en su formación son las siguientes:
Disgregación mecánica de las rocas. Meteorización química de los materiales regolíticos, liberados. Instalación de los seres vivos (vegetales, microorganismo,
etc.) sobre ese substrato inorgánico. Esta es la fase más significativa, ya que
con sus procesos vitales y metabólicos, continúan la meteorización de los
minerales, iniciada por mecanismos inorgánicos. Además, los restos vegetales y
animales a través de la fermentación y la putrefacción enriquecen ese sustrato.
Mezcla de todos estos elementos entre sí, y con agua y aire intersticiales.
Suelo es el sistema complejo que se forma en la capa más superficial de la
Tierra, en la interface o límite entre diversos sistemas que se reúnen en la
superficie terrestre: la litosfera, que aporta la matriz mineral del suelo, la
atmósfera, la hidrosfera y la biosfera, que alteran dicha matriz, para dar
lugar al suelo propiamente dicho. Inicialmente, se da la alteración física y química
de las rocas, realizada, fundamentalmente, por la acción geológica del agua y
otros agentes geológicos externos, y
posteriormente por la influencia de los seres vivos, que es fundamental en este
proceso de formación. Se desarrolla así una estructura en niveles superpuestos,
conocida como el perfil de un suelo, y una composición química y biológica
definida. Las características locales de los sistemas implicados — litología y
relieve, clima y biota — y sus interacciones dan lugar a los diferentes tipos
de suelo. Los procesos de alteración mecánica y meteorización química de las
rocas, determinan la formación de un manto de alteración o eluvión que, cuando
por la acción de los mecanismos de transporte de laderas, es desplazado de su
posición de origen, se denomina coluvión. Sobre los materiales del coluvión,
puede desarrollarse lo que comúnmente se conoce como suelo; el suelo es el
resultado de la dinámica física, química y biológica de los materiales
alterados del coluvión, originándose en su seno una diferenciación vertical en
niveles horizontales u horizontes. En estos procesos, los de carácter biológico
y bioquímico llegan a adquirir una gran importancia, ya sea por la
descomposición de los productos vegetales y su metabolismo, por los
microorganismos y los animales zapadores. El conjunto de disciplinas que se
abocan al estudio del suelo se engloban en el conjunto denominado Ciencias del
Suelo, aunque entre ellas predomina la edafología e incluso se usa el adjetivo
edáfico para todo lo relativo al suelo. El estudio del suelo implica el
análisis de su mineralogía, su física, su química y su biología. Por este
motivo, el suelo no es una entidad estrictamente geológica, por lo que la
ciencia que lo estudia, la edafología, esta vinculada a la geología a la
biología y a la agronomía.
La composición química se puede dividir en: orgánicos e
inorgánicos
inorgánicos :
Representan las partículas minerales el 50% del total, de
las cuales dominan la arena, arcilla y caliza, y en menor medida óxidos e
hidróxidos de hierro y sales.
- ARENA
La arena, cuya importancia ya se ha dicho, procede de la
roca por meteorización (efectos externos que alteran las rocas
superficiales); la silícica es la más típica, por ello se suele expresar el
contenido de arena de los suelos en tanto por ciento de sílice (SiO2).
La arena procede de la meteorización de la roca madre
- ARCILLAS
Las arcillas proceden de silicatos descompuestos de la
roca madre. Son principalmente una mezcla de silicatos de aluminio hidratados,
los cuales pueden incorporar además hierro, magnesio y potasio. La más típica
es la caolinita (sílice, alúmina y agua).
Las arcillas proceden de silicatos
descompuestos de la roca madre
La presencia dominante de los silicatos de aluminio es la
razón de que el contenido en arcilla de los suelos, sea expresado en tantos por
ciento de óxido alumínico o alúmina
(A12O3).
- CALIZA
La caliza o carbonato cálcico (CaCO3), suele presentarse
en forma de arenas, limos o unidas a las arcillas margosas. Tienen la capacidad
de disolverse en el agua, las cuales arrastran en forma de bicarbonato cálcico;
a su vez, los ácidos nítrico y fosfórico originan nitratos y fosfatos cálcicos.
Tierras calizas
Todos estos elementos pueden ser absorbidos por las
plantas, aunque un exceso de cal sólo es soportado por las plantas calcícolas.
Otra presencia en el suelo útil para las plantas es la dolomía (CaMg (CO3)2),
carbonato doble de calcio y magnesio, que sintetiza la clorofila.
- Óxidos de hierro
Los óxidos e hidróxidos de hierro (oligisto y limonita)
se producen como resultado de la meteorización de la mica negra (biotita) y
otros silicatos (anfíboles y piroxenas). Estos elementos son los causantes de
que las tierras presenten colores rojos y amarillos.
- Sales
Las sales, tales como nitratos, fosfatos, sulfatos y
cloruros proceden de la descomposición de la materia orgánica, o mediante la
acción bacteriana que fija el nitrógeno de la atmósfera.
Cierta flora denominada nitró fila es muy frecuente en
lugares ricos en nitratos; muchos vegetales obtienen de éstos el nitrógeno con
que sintetizan sus proteínas.
orgánicos :
Suponen el 5%; el 45% que resta lo ocupan aire y agua,
los cuales aprovechan la porosidad de la arena (el componente más importante de
los suelos) para penetrar en los suelos y permitir la iteración con los demás
elementos.
- Azufre y fósforo
El azufre y fósforo que necesitan los vegetales son
recibidos de los fosfatos y sulfatos, aunque sólo ciertas plantas denominadas hipsofilos
son capaces de soportar altas concentraciones de azufre, como son los
contenidos en los sustratos yesíferos.
Las altas concentraciones de azufre únicamente son
soportadas por determinadas plantas denominadas hipsofilos
- Cloruros
Cloruro sódico sobre rocas marinas
Por su parte, los cloruros son compuestos químicos
formados por cloro y un metal; uno de los cloruros más comunes es la sal
marina. Son en general poco asimilables por los vegetales, una concentración
superior a 0,5% ya les resulta perjudicial, aunque existe un tipo de plantas
denominadas haló filas o barrileras que no pueden germinar si el suelo no contiene
adecuadas cantidades de sal.
Formación de la materia orgánica
del suelo
De la descomposición de restos animales y
vegetales se genera la materia orgánica del suelo. El resultado final tras el
proceso continuo de transformación química o bioquímica de los residuos y
sustancias vegetales y animales, es la formación del mantillo o humus.
Contiene sustancias diversas (humina, ácido húmico, etc.)
y proporciona al suelo los elementos nitrogenados indispensables para su
fertilidad. El humus puede considerarse la base de la fertilidad del suelo,
ejerce una influencia favorable sobre su estructura, y actúa como regulador de
la nutrición, reteniendo y haciendo asimilable el fósforo y la potasa, y
favoreciendo la actividad biológica del suelo.
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